Selección de textos escritos en el período 2000/2010
El arte de la confusión fundamental
vertida en el instante de un avatar
la sonrisa
que no sabe quién es
ni si soñó quien fue
ni qué será de ella
Lisis
Rastros
dispersos de mares
muertos
de cielos muertos
piedras ilegibles que recién
eran pájaros-peces
Tantra margaritas
Este hoy
difuso
recompra margaritas de la
cordura
en la mueca
de soberbia infantil del viejo en el espejo
Vis dramática
Interpreto
al Príncipe de mi soledad
cuando querés y no
querés
mirarme.
Baraja
De sol a sol
esa burda baraja
tus avatares.
Sal
Mt 5:13
viene con la sal del mar
llega a la noche de la sal
de la tierra
la sal del mar y la sal de la tierra-
si ella se desalase
¿la salarías?
¿serías
el quien?-
Reportes
Crepúsculo a crepúsculo devora
reportes
de visibilidad
informes del Jardín
noticias de la Puerta
trascendidos
de la turbia Academia
Muerte de Hipólito (Tópico mediterráneo)
Ya no sobrevivirá a su desdicha tu cazador y sacerdote
Eurípides - Hipólito
1
¿y tu luz me dejó o alumbra
todavía este
frío
que debe ser la
noche?
2
no me dejaste
no
presiento esa sonrisa
no me dejaste pero ya
te vas
3
Diva ya no
estarás
cuando acabe de asomarse la
luna a los ojos de tu
jinete
roto
recién
te habrás marchado
aún arderá tu olor
consagrando el silencio después del
beso
Hotel Bucarelli
En el verano
asmático del hotel
Bucarelli
ya maquillada o aún en
veremos
sola
o en la cordial
compañía del
cadáver de
turno
come pan indio
con saltina de ayer
diciéndose turbiamente que es
hora
de averiguar qué
aguas ya no
serán
bebidas.
Cifras
Cifras no
desveladas
vidas
-de las que te fuiste por esa
puerta-
Magenta
Está por sonreír
-magenta-
la flor del aire.
Fósforo
Cada tanto el placer infantil de encender un fósforo y aspirar ese pase de áspera nube azul que casi no pega.
Composición
Acá otra vez la sed, componiendo su oasis.
Fuga
primera confusión primera
voz
en fuga con los pájaros
que soltó el idiota
Cantora
Aire de tango
no
mata de un
solo tajo el tango
de la Sirena es
gradualmente
letal
Richter
Cuando lo imaginé, Richter (el protagonista de mi novela), era unos quince años mayor que yo. Hoy por hoy, al comenzar a escribirlo, somos casi de la misma edad, lo cual facilita mi ejercicio y trivializa definitivamente su gran aventura.
Bar
al entrar en el bar comprobó distraídamente que algunas de sus alucinaciones ya estaban instaladas ante las mesas de siempre
Ulterioridad
aquí el crucificado
sin ulterioridad
el
avatar que niega a sus
testigos
aquí la higuera que se maldice a sí misma
Cristales
La temerosa magia tomó también el mando del resto sano, y aquellos como caballitos de porcelana -que ocurrían al trote o al paso en las siestas de nuestra pradera mental- son ahora un montículo de cristales blancos dispuesto sobre un plato común de cocina; un veneno aspirable.
Atados
decidimos creer que sabremos irnos, que no estamos atados por la respiración al murmullo ambarino del bar
Más acerca del árbol
el expósito magnífico resplandor del veneno contornea la imparable navidad de todo
o
aquello que hizo que la droga
drogase
o
aquello que hace que la huella sea huella
o
al menos
el animal que erigiste sobre la huella
o
en fin
¿de qué hablábamos cuando todavía hablábamos?
Constelación
nada termina de establecerse como captura
mi donación es fiel es devota y –por sobre todo- no se entiende
parece no dar jamás con su evidencia y de ahí una temible una irresistible confusión de aguas
y de ahí una vez más ¿qué?
en última instancia ¿qué?
en última instancia tendría razón Stella la descorazonada
furiosa
harta de mí
de mi sonrisa inimputable mientras yo estupefacto la miraba
MOVERSE
y absorbía su voz pero no sus palabras
y ese preciso-confuso mirar moverse constituye el soporte embrujado de mi constelación con todas las cosas
Lapso
La enunciación se ha convertido en el empeño atroz de un sistema desconocido de gestos y el aire simple entre vos y yo es ahora el silbido sarcástico de la espada del ángel del jamás.
El piano réprobo
hora sobre hora
en horror
y en sordina mastica
su cartilla viciada
noche abandonada del conservatorio
Mañana
"mañana" dijimos y soltamos la risa
en nuestro argot de exquisitos finados, "mañana" es voz obscena, equiparable a "hoy", equiparable a "ayer"
Las cosas
las cosas tomaron posición donde nunca
quise que
estuviesen
allí
se acomodaron
¿vos dónde estás?
¿estás entre las cosas?
Disparos
Después de los disparos el silencio
brutal
y enseguida el ladrido
reseco
de un perro.
Entonces
sueños ligeros pasos
respiratorios
-una casa en la música en la luz espesa-
entonces
(casi lo digo)
entonces
-y el puñal en la mente y el áspid
entre las recobradas flores
de la
sonrisa-
Hospicio
ya besaste a la loca
de raída
mejilla incurada incurable
le diste de fumar
le deletreaste
largamente la hora
y casi desististe
de escabullirte
de su apretado abrazo
Blues del guante perdido (blues del otro guante)
la mirada perdida en otra
mirada
perdida
en penumbra rojiza y en
ahogo y en
sal reacontece la
valse sobregirada
que no tiene pies pero tampoco cabeza
Llave
ya huía
ya había arrancado el
fuego
-madre- de tus
cantares
tu eclesiastés
ya huía ya había
desgajado una
luz
la llave hacia una
luz
tu sonrisa en la siesta
Sirenas
Tan asquerosamente sucios como las sirenas policiales que nos acosan
como las sirenas de ambulancia que nos asisten
Prójimo
Prójimo es el que está sentado ante las puertas de tu corazón, montando una guardia inútil.
Estrella
En este
lecho nos
sorprende la
estrella
cayó el
sábado
hermana
no te podés
ir no te podés
quedar
Instante
Cumplida en el
instante la
pretensión
de la
flor
del
aire
Gloria
La gloria nunca es en
ellos la
soledad
-nunca fue esta mañana de la rabia del sol-
Máscara
Sostiene en el instante por mí
mi máscara
no será justo
será necesario
Composición
Acá otra vez la sed, componiendo su oasis.
Fuga
primera confusión primera
voz
en fuga con los pájaros
que soltó el idiota
Cantora
todo el verano cantó
la cigarra, pobre artista...
La Fontaine
vale cantora
también
me solicitan en el
viento
de abril
las hojas
muertas
Aire de tango
no
mata de un
solo tajo el tango
de la Sirena es
gradualmente
letal
Richter
Cuando lo imaginé, Richter (el protagonista de mi novela), era unos quince años mayor que yo. Hoy por hoy, al comenzar a escribirlo, somos casi de la misma edad, lo cual facilita mi ejercicio y trivializa definitivamente su gran aventura.
Bar
al entrar en el bar comprobó distraídamente que algunas de sus alucinaciones ya estaban instaladas ante las mesas de siempre
Ulterioridad
aquí el crucificado
sin ulterioridad
el
avatar que niega a sus
testigos
aquí la higuera que se maldice a sí misma
Cristales
La temerosa magia tomó también el mando del resto sano, y aquellos como caballitos de porcelana -que ocurrían al trote o al paso en las siestas de nuestra pradera mental- son ahora un montículo de cristales blancos dispuesto sobre un plato común de cocina; un veneno aspirable.
Atados
decidimos creer que sabremos irnos, que no estamos atados por la respiración al murmullo ambarino del bar
Más acerca del árbol
el expósito magnífico resplandor del veneno contornea la imparable navidad de todo
o
aquello que hizo que la droga
drogase
o
aquello que hace que la huella sea huella
o
al menos
el animal que erigiste sobre la huella
o
en fin
¿de qué hablábamos cuando todavía hablábamos?
Constelación
nada termina de establecerse como captura
mi donación es fiel es devota y –por sobre todo- no se entiende
parece no dar jamás con su evidencia y de ahí una temible una irresistible confusión de aguas
y de ahí una vez más ¿qué?
en última instancia ¿qué?
en última instancia tendría razón Stella la descorazonada
furiosa
harta de mí
de mi sonrisa inimputable mientras yo estupefacto la miraba
MOVERSE
y absorbía su voz pero no sus palabras
y ese preciso-confuso mirar moverse constituye el soporte embrujado de mi constelación con todas las cosas
Lapso
La enunciación se ha convertido en el empeño atroz de un sistema desconocido de gestos y el aire simple entre vos y yo es ahora el silbido sarcástico de la espada del ángel del jamás.
El piano réprobo
hora sobre hora
en horror
y en sordina mastica
su cartilla viciada
noche abandonada del conservatorio
Mañana
"mañana" dijimos y soltamos la risa
en nuestro argot de exquisitos finados, "mañana" es voz obscena, equiparable a "hoy", equiparable a "ayer"
Las cosas
las cosas tomaron posición donde nunca
quise que
estuviesen
allí
se acomodaron
¿vos dónde estás?
¿estás entre las cosas?
Disparos
Después de los disparos el silencio
brutal
y enseguida el ladrido
reseco
de un perro.
Entonces
sueños ligeros pasos
respiratorios
-una casa en la música en la luz espesa-
entonces
(casi lo digo)
entonces
-y el puñal en la mente y el áspid
entre las recobradas flores
de la
sonrisa-
Hospicio
ya besaste a la loca
de raída
mejilla incurada incurable
le diste de fumar
le deletreaste
largamente la hora
y casi desististe
de escabullirte
de su apretado abrazo
Blues del guante perdido (blues del otro guante)
la mirada perdida en otra
mirada
perdida
en penumbra rojiza y en
ahogo y en
sal reacontece la
valse sobregirada
que no tiene pies pero tampoco cabeza
Llave
ya huía
ya había arrancado el
fuego
-madre- de tus
cantares
tu eclesiastés
ya huía ya había
desgajado una
luz
la llave hacia una
luz
tu sonrisa en la siesta
Sirenas
Tan asquerosamente sucios como las sirenas policiales que nos acosan
como las sirenas de ambulancia que nos asisten
Prójimo
Prójimo es el que está sentado ante las puertas de tu corazón, montando una guardia inútil.
Estrella
En este
lecho nos
sorprende la
estrella
cayó el
sábado
hermana
no te podés
ir no te podés
quedar
Instante
Cumplida en el
instante la
pretensión
de la
flor
del
aire
Gloria
La gloria nunca es en
ellos la
soledad
-nunca fue esta mañana de la rabia del sol-
Máscara
Sostiene en el instante por mí
mi máscara
no será justo
será necesario